Las malas condiciones laborales obligan a las enfermeras iraníes a irse del país
Las enfermeras iraníes atraviesan una creciente crisis laboral que ha desencadenado una ola de huelgas desde inicios de agosto de 2024.
El detonante fue la trágica muerte de Parvaneh Mandani, una enfermera de 32 años de la provincia de Fars, víctima del síndrome de Karoshi o “muerte por exceso de trabajo”.
Este incidente, el tercero de su tipo en un mes, desató la indignación nacional y catalizó protestas pacíficas en más de cincuenta ciudades iraníes.
Las demandas del personal de enfermería se centran en tres puntos críticos: la reducción de las extensas jornadas laborales, el incremento de los salarios insuficientes y la eliminación de las horas extras obligatorias.
El Dr. Hadi Yazdani, médico de Isfahán, advierte que las promesas gubernamentales de pagar los salarios atrasados y aumentar los sueldos no serán suficientes para resolver el problema de raíz.
Éxodo masivo de enfermeras
La situación ha provocado un éxodo masivo de profesionales de enfermería hacia países como Dinamarca y Alemania, en busca de mejores condiciones laborales y un futuro más prometedor.
Ahmad Nejatian, director de la organización de enfermería de la República Islámica, confirma esta tendencia migratoria que se ha intensificado en los últimos dos años.
El caso de Fatemeh, una enfermera iraní de 28 años que consiguió empleo en Alemania, ilustra las aspiraciones de muchos profesionales que buscan un entorno laboral justo y respetuoso de sus derechos.
Esta fuga de talentos preocupa a médicos como Yazdani, quien subraya la dificultad de reemplazar a estas profesionales cualificadas.
La crisis económica de Irán, exacerbada por las sanciones internacionales y la depreciación del rial frente al dólar, complica aún más la situación.
La alta inflación resultante erosiona el poder adquisitivo de los salarios, haciendo que los aumentos propuestos sean insuficientes para retener al personal sanitario.
El nuevo ministro de Sanidad, Mohammad Reza Zafarqandi, ha prometido defender los derechos de las enfermeras y reconocido una deuda de unos 170 millones de euros en salarios y primas pendientes.
Para saldar esta deuda, el gobierno planea utilizar recursos del Fondo de Desarrollo Nacional, ya sobrecargado por préstamos anteriores destinados a paliar la crisis económica.
La dependencia del presupuesto gubernamental de los ingresos petroleros, combinada con las sanciones que obligan a Irán a vender su petróleo por debajo del precio de mercado, complica aún más la búsqueda de una solución sostenible a largo plazo para el sistema sanitario iraní y sus trabajadores.