Turquía y su problema con la libertad de expresión
El viernes pasado, un fiscal turco pidió hasta cuatro años de prisión para cuatro colaboradores de Charlie Hebdo, el semanario satírico francés. El fiscal los acusa de haber “insultado” al presidente turco Recep Tayyip Erdogan, por medio de una caricatura publicada en 2020.
Los colaboradores acusados son Alice Petit, Laurent Sourisseau, Julien Sérignac y Gérard Biard. La caricatura que ha provocado estas acusaciones retrata a Erdogan en calzoncillos, con una cerveza en la mano y levantándole la falda a una mujer que lleva un velo, mientras exclama: “¡Ohhh, el profeta!”.
La publicación fue realizada en octubre, en medio de tensiones diplomáticas entre Francia y Turquía, y provocó la ira de Erdogan.
En el acta de acusación se señala que la caricatura en cuestión es vulgar, obscena y deshonrosa; y que rebasa los límites de la libertad de prensa y expresión. El presidente de Turquía, por su parte, calificó a la publicación de “ataque innoble” realizado por “buitres”, en un momento de crisis diplomática entre ambas naciones.
Erdogan también arremetió contra Macron
Por entonces, Erdogan también arremetió contra Emmanuel Macron, el presidente francés, al que acusó de “islamófobo”, tras haber defendido el derecho a caricaturizar a Mahoma. Recientemente, Macron advirtió sobre “los intentos de injerencia” de la República de Turquía en las elecciones presidenciales de 2022. Además, acusó a Ankara de divulgar falsedades a través de los medios de comunicaciones estatales.
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