Turquía incumple leyes internacionales de derechos humanos, según Human Rights Watch
Según un informe de Human Rights Watch, sesenta y tres ciudadanos sirios han sido trasladados desde el noreste del país ocupado hacia Turquía, para ser juzgados por “los cargos más dudosos y vagos relacionados con una supuesta actividad ilegal en Siria”.
En el informe se explica que, entre el mes de octubre y de diciembre del 2019, milicias al servicio de Ankara realizaron innumerables detenciones a ciudadanos sirios radicados en el noreste del país.
Estas personas fueron ilegalmente trasladadas a centros de detención turcos. Allí fueron acusadas de cometer delitos sin pruebas de ninguna clase y a pesar de que los supuestos delitos fueron cometidos en otros país.
Turquía, una “potencia ocupante”
Michael Page, portavoz del organismo, definió la posición turca en los siguientes términos:
“Turquía es una potencia ocupante en partes del noreste de Siria que invadió en octubre de 2019, ya que ejerce un control efectivo en la zona sin el consentimiento del gobierno sirio en Damasco”
“Las autoridades turcas, como potencia ocupante, están obligadas a respetar los derechos de las personas en virtud de la ley de ocupación en el noreste de Siria, incluida la prohibición de la detención arbitraria y del traslado de personas a su territorio”
“En lugar de ello, están violando sus obligaciones al detener a estos hombres sirios y trasladarlos a Turquía para que se enfrenten a los cargos más dudosos y vagos relacionados con una supuesta actividad en Siria”.
Los asaltantes invaden las casas, golpean y hostigan a las familias
Funcionarios de Human Rights Watch entrevistaron a familiares de varios ciudadanos sirios que fueron detenidos durante la razia del 2019. Estos testigos comentaron que, pasado el mediodía del 14 de octubre del 2019, tres vehículos con más de 20 hombres armados ingresaron al pueblo.
Una vez allí entraron por la fuerza en unas quince o veinte viviendas y se llevaron detenidos a varios individuos. En más de una oportunidad los vieron golpear y hostigar a los familiares que intentaron defenderlos.
Los lugareños identificaron al grupo como a miembros del Ejército Nacional Sirio, una facción militar de la oposición y al servicio del gobierno turco.
En el informe de HRW también se hace hincapié en el hecho de que la Turquía no debería detener a personas en otro país y trasladarlos a tierras turcas para juzgarlos. Esta acción representa una violación más a los tratados internacionales de derechos humanos.
Por otra parte, se solicita en dicho informe que se penalice a todos aquellos funcionarios turcos o al servicio de Turquía, que actúen de forma ilegal creando pruebas falsas para detener u hostigar a cualquiera.
Human Rights Watch denuncia que Turquía está violando flagrantemente los derechos humanos. El derecho internacional prohíbe la ejecución de detenciones arbitrarias y exige a las autoridades a llevar un registro de los detenidos a fin de que cualquier persona pueda acceder a la información correspondiente, en la cual deberá indicarse su paradero y situación. Por su parte, debe garantizársele el derecho a los detenidos de contactarse con sus familiares. Nada de esto están respetando las autoridades turcas.
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