En Irán quieren vengar el ataque en Natanz
El sábado pasado, el periódico iraní Kahyan publicó un editorial en el que reclamaba al régimen una respuesta recíproca a Israel por el ataque en Natanz. Se pedía, específicamente, que se atacara la instalación nuclear israelí de Dimona.
Saadullah Zarai, un destacado analista iraní, lamentó la respuesta dada hasta el momento por Teherán, luego de los incidentes en la central nuclear de Natanz ocurridos el 11 de abril.
Luego de los daños provocados en la planta de Natanz, Irán ha comenzado a enriquecer uranio a un 60%, el nivel más alto alcanzado por el programa nuclear iraní hasta el momento. Estos niveles aproximan al país persa a la capacidad nuclear requerida para fabricar armas nucleares. Para ello el enriquecimiento de uranio debería ser de un 90%.
El acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y seis potencias (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) fija el límite de de enriquecimiento de uranio permitido a la República Islámica en un 3,67%.
“Al anunciar que Irán instalará nuevas centrifugadoras y más avanzadas y que incrementará el enriquecimiento de uranio a un 60%, el presidente, lamentablemente, renuncia a la posibilidad de responder en forma proporcional al ataque sufrido“, escribió Zarai.
Días atrás, el ministro de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zarif, señaló que “las preocupaciones sobre el programa nuclear iraní era una absoluta tontería“.
El sábado pasado, la televisión estatal iraní señaló a alguien llamado Riza Karimi como principal sospechoso del ataque en Natanz. Karimi habría huido del país.
En Viena, mientras tanto, las negociaciones sobre el acuerdo entre Irán y las potencias parecen estar avanzando, aunque sin mucha claridad.
El martes pasado, un alto funcionario iraní reconoció que el incidente en Natanz destruyó o dañó miles de centrifugadoras.