La mayoría de los ejecutados son de minorías religiosas
Irán continúa con su alarmante ritmo de ejecuciones en 2024. Según un informe reciente de la Organización de Derechos Humanos de Irán (IHRNGO), en los primeros siete meses del año se han registrado al menos 300 ejecuciones.
Esta cifra sigue la tendencia del año anterior, cuando la República Islámica alcanzó un número récord.
El mes de julio fue especialmente preocupante, con 49 personas ejecutadas, de las cuales 36 perdieron la vida en los últimos 11 días del mes. Este aumento se produjo después de un breve período de disminución, coincidiendo con las elecciones presidenciales.
El director de IHRNGO, Mahmood Amiry-Moghaddam, expresó su profunda preocupación por el aumento de ejecuciones de activistas pertenecientes a minorías étnicas y de personas condenadas por delitos relacionados con drogas.
Las estadísticas muestran que el 20.67% de los ejecutados pertenecían a grupos minoritarios, incluyendo baluchis y kurdos.
Entre los ejecutados este año, destacan cinco personas acusadas de espionaje para Israel y cinco prisioneros políticos kurdos-suníes. Las ejecuciones de Pejman Fatehi, Mohsen Mazloum, Mohammad Faramarzi y Wafa Azarbar en enero provocaron una condena internacional generalizada.
El informe también revela que 172 ejecuciones estuvieron relacionadas con delitos de drogas.
Estos datos se suman a las 853 ejecuciones registradas en 2023, la cifra más alta en ocho años, según Amnistía Internacional. La organización señaló que el 64% de estas ejecuciones fueron por delitos que no justifican la pena capital según el derecho internacional.
La comunidad internacional continúa expresando su preocupación por la situación de los derechos humanos en Irán, instando al gobierno a reconsiderar su política de ejecuciones y a respetar los estándares internacionales de justicia y derechos humanos.












