Irán eligió presidente
En la segunda ronda de los comicios presidenciales iraníes, el candidato reformista Masud Pezeshkian surgió victorioso, según anunció la Comisión Electoral del país el sábado 6 de julio de 2024.
Pezeshkian, un cirujano cardiovascular de 69 años, asumirá próximamente la presidencia de Irán.
Los resultados oficiales indican que Pezeshkian obtuvo el 53.6% de los sufragios, superando a su contrincante ultraconservador, Saeed Jalili, quien alcanzó el 44.3%. La jornada electoral registró una participación del 49.9%, con un total de 30.573.931 votos emitidos.
Mohsen Eslami, portavoz de la Comisión Electoral iraní, dijo en una conferencia de prensa transmitida por televisión:
“Por consiguiente, el Sr. Masud Pezeshkian se proclama vencedor de la decimocuarta elección presidencial de la República Islámica de Irán“.
Nuevo liderazgo tras la era Raisí
Masud Pezeshkian, ex titular de la cartera de Sanidad y miembro del parlamento, se convertirá en el noveno mandatario de la República Islámica de Irán. Asumirá el cargo en reemplazo del ultraconservador Ebrahim Raisí, quien falleció en un trágico accidente de helicóptero el pasado mayo.
Al inicio de la campaña, Pezeshkian era una figura política relativamente desconocida. Sin embargo, fue ganando apoyo popular gracias a su discurso moderado, su propuesta de acercamiento a Occidente y sus críticas a la obligatoriedad del velo.
Su victoria se atribuye en parte a la capacidad de capitalizar el descontento con las políticas de Raisí, cuyo gobierno se caracterizó por un aumento en la represión social y política. Además, la campaña de Pezeshkian logró generar aprensión hacia su rival Jalili, un ultraconservador conocido por su postura inflexible.

El expresidente ultraconservador, Ebrahim Raisi
Primer presidente reformista en mucho tiempo
Pezeshkian se convertirá el primer mandatario reformista en años, representando a un sector político que aboga por una cierta apertura en Irán. Este cambio ocurre en un contexto de alta tensión regional debido al conflicto en Gaza, así como de malestar interno por políticas restrictivas como la obligatoriedad del velo y la limitación de libertades.
En el sistema iraní, el presidente tiene autoridad sobre asuntos domésticos y una influencia más limitada en política exterior y seguridad. El líder supremo, Ali Jameneí, ostenta el cargo de jefe de Estado con amplias atribuciones.
La participación electoral fue un factor clave en estos comicios. Un 49.8% de los 61 millones de votantes registrados acudieron a las urnas, superando el 39.9% de la primera vuelta.
Este último porcentaje marcó el menor nivel de participación desde la fundación de la República Islámica en 1979.
Históricamente, el régimen ha enfatizado la importancia de una alta participación como muestra de respaldo popular y legitimidad. La baja afluencia en esta ocasión refleja el descontento de un segmento significativo de la población con el sistema político instaurado por el ayatolá Ruholá Jomeiní hace más de cuatro décadas.