Turquía invade, expropia y explota
A principios del 2018, Turquía invadió la región de Afrin con el fin de expulsar a las Unidades de Protección Popular (YPG), milicias principales entre las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF).
Turquía entiende que las YPG y las SDF responden al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con base en Turquía, una organización proscrita considerada terrorista por el gobierno turco.
Tanto gobiernos a lo largo de todo el mundo, como organizaciones internacionales de derechos humanos, han acusado a las milicias turcas de cometer crímenes de guerra, además de denunciar sus saqueos y la expropiación de propiedades a la población de Afrin.
Entre estas expropiaciones se cuentan las granjas de olivos de Afrin. Según informes recientes, los grupos armados instalados en la zona hoy obtienen sus mayores ingresos de estas granjas.
La palabra de un economista local
Khorshid Alika, economista sirio que ha estado investigando a fondo los movimientos en la región, informa:
“Hay unos 18 millones de olivos en la región de Afrin. Las milicias han estado imponiendo altos impuestos a los agricultores locales kurdos. Hace poco, por ejemplo, los grupos armados que controlan la aldea de Kakhera (en Afrin) requisaron 2.000 barriles de aceite de oliva como tasas a los residentes de la aldea ”
El economista asegura que el barril de aceite de oliva tiene un valor actual de 30 dólares en el mercado local.
La palabra de un periodista de la región
Mohammed Billo es un periodista local que también sigue de cerca los acontecimientos en el lugar. Ha explicado recientemente que los grupos armados que controlan Afrin cuentan con varias formas de obtener ganancias con la producción de aceite de oliva.
Estas fueron sus palabras:
“En mi aldea, las milicias se han apoderado esta temporada de todas las aceitunas pertenecientes a familias que han huido de sus hogares y tierras tras la invasión turca. Además de imponer tasas, las milicias también cobran a los agricultores en los puestos de control por el transporte de sus cosechas de aceitunas”.
La palabra de un agricultor de Afrin
Farhan, por su parte, un agricultor de Afrin, narró la experiencia que atravesó junto a sus hijos cuando resolvieron llevar su cosecha a la ciudad.
“Fuimos detenidos en tres puntos de control. Estaban controlados por diferentes grupos, que la mayoría de las veces están en desacuerdo entre sí”.
Para poder tener acceso a la ciudad, Farhan tuvo que pagar en los tres puntos de control.
Luego añadió:
“El dinero recaudado es tan escaso que tal vez sólo nos dure tres meses. No sé cómo sobrevivirá mi familia el resto del año”.
A través de informes recientes se ha podido constatar que la mayor parte de estos ingresos son transferidos a las milicias del Ejército Libre Sirio (FSA), apoyadas por Turquía. Se utilizan, básicamente, para su financiación.
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