Crece la tensión en Medio Oriente
Funcionarios iraníes y talibanes han mantenido conversaciones sobre una posible “acción conjunta” contra Israel. El diálogo entre las partes se produce en el marco de la guerra en Gaza y las posibilidades de que se intensifique un conflicto entre el grupo libanés Hezbolá e Israel.
Durante una llamada telefónica realizada el lunes, Ali Bagheri Kani y Amir Khan Muttaqi, los respectivos ministros de Asuntos Exteriores de Irán y Afganistán, enfatizaron la necesidad de esfuerzos islámicos unificados para ejercer presión sobre Israel, especialmente a través de la Organización de Cooperación Islámica.
El embajador de Irán en Kabul declaró recientemente que las fuerzas de “martirio” de los talibanes también podrían ser enviadas a Gaza si fuera necesario, donde Hamás, respaldado por Irán, está luchando contra Israel. Esto ocurre mientras las fuerzas israelíes controlan las fronteras de la Franja.
Aunque Irán busca el apoyo de los talibanes en caso de una escalada mayor, Aminullah Habibi, un destacado analista de relaciones internacionales, indicó a Afghan International que es poco probable que los talibanes, como entidad cohesionada, se involucren en una guerra directa contra Israel.
Sin embargo, Irán ha estado financiando a los talibanes para apoyar su lucha contra Estados Unidos. Según el exasesor del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Carter Malkasian, Teherán ha proporcionado anualmente una financiación de alrededor de 100 millones de dólares desde 2012.
La relación entre Irán y los talibanes ha estado marcada por tensiones, especialmente en lo que respecta a los derechos sobre el agua y las cuestiones de seguridad fronteriza. El río Helmand, vital para las provincias orientales de Irán, ha sido un punto de discordia significativo.
Irán acusa a Afganistán de violar el Tratado del Río Helmand, de 1973, al restringir su caudal, lo que afecta la agricultura y el suministro de agua.
En mayo del año pasado, el difunto presidente iraní, Ebrahim Raisi, advirtió a los talibanes que no ignoraran los derechos de Irán sobre el agua, pero estos desestimaron la amenaza, lo que aumentó las tensiones y condujo a enfrentamientos mortales en la frontera.
La frontera entre Irán y Afganistán, mal demarcada, también se ha convertido en un foco de contrabando, cruces ilegales y escaramuzas. El resurgimiento de los talibanes ha exacerbado estos problemas, con frecuentes incidentes de violencia y acusaciones mutuas.
Además, la afluencia de refugiados afganos a Irán tras la toma de poder por parte de los talibanes, ha puesto a prueba los recursos y la infraestructura iraníes, aumentando las preocupaciones por la seguridad.
Desde el 7 de octubre, los aliados de Irán en Siria, Yemen, Irak y Líbano han atacado al Estado de Israel en alianza con Hamás. En lo que fue el día más mortífero para los judíos desde el Holocausto, más de 3.000 soldados de Hamás invadieron Israel, matando a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomando a otras 251 como rehenes.
Desde entonces, en alianza con Hamás, Hezbolá ha lanzado más de 3.300 proyectiles hacia Israel, dejando alrededor de 200.000 personas desplazadas tanto en la frontera sur del Líbano como en el norte israelí.
Los líderes políticos y militares israelíes aseguran haber tomado medidas en caso de que se autorice una guerra en el Líbano, ya que las tensiones entre las dos naciones son las más graves desde la segunda guerra del Líbano.
En las últimas semanas, funcionarios estadounidenses advirtieron a Israel sobre los peligros de una guerra “limitada” o “regional” en el Líbano, señalando el riesgo de una escalada incontrolable y una posible intervención iraní.