El feminicidio en Turquía, un drama nacional
Días atrás los medios turcos mostraron un video en el que se ve a un hombre dándole una brutal paliza a una mujer. Se trataba de su exesposa. En el video hay una testigo: la hija de ambos de unos 5 años de edad.
Este episodio tuvo difusión porque fue grabado. Sin embargo, desde entonces han existido innumerables casos de violencia de género en Turquía, que no han tenido mayor repercusión.
Ese mismo día, un hombre le disparó a su mujer con una escopeta; al día siguiente, una anciana de 92 años murió luego de que un joven asaltara su vivienda. La policía informó que la víctima fue abusada antes de morir.
En el Día Internacional de la Mujer hubo un nuevo caso. Una chica de 20 años, desaparecida desde octubre, fue encontrada muerta en un sótano. El principal sospechoso está detenido.
Las cifras de feminicidios en Turquía dan miedo. Según la organización Pararemos los Asesinatos de Mujeres, en el 2020 murieron 300 mujeres en Turquía asesinadas por sus parejas, maridos, exmaridos, padres, hermanos o extraños. No obstante, a esta cifra hay que sumarle los casos de 171 mujeres, cuyas muertes fueron clasificadas como suicidios por la policía turca. La organización ponen en duda esas conclusiones oficiales.
Desde la organización se cree que las víctimas de feminicidio podrían llegar a más de 400 en el 2020. En un país como España, que tiene la mitad de la población de Turquía, la cantidad de mujeres asesinadas en el 2020 fueron 45.
La violencia contra la mujer es institucional
La violencia en Turquía contra las mujeres no solo es social sino también política e institucional. Cada ocho de marzo, miles de mujeres turcas se concentran en el centro de la capital. La policía arremete contra ellas sirviéndose de porras y gases lacrimógenos para disuadirlas.
Este año, en cambio, la manifestación no ha sufrido el acoso policial. Una joven manifestante declaró: “Cada año que pasa es peor. Es como si hubiera una guerra contra nosotras. Es algo que se percibe todos los días en este país. Una clara muestra de ello, es el cordón policial con el que se nos rodea. Es como si fuéramos criminales para el Estado turco, solo por protestar y pedir que no nos maten”.
El Gobierno de Erdogán, tras los últimos casos registrados de feminicidios, ha prometido castigar a los culpables. A tal efecto, ha creado una aplicación para denunciar nuevos casos de este tipo.
Sin embargo, las organizaciones feministas turcas no confían en el Gobierno. Erdogan ha amenazado en más de una oportunidad con retirarse de la Convención de Estambul, un acuerdo de índole internacional comprometido con el combate a la violencia de género. El argumento defendido por el Gobierno turco es que la convención defiende principios que “van en contra de la tradición de la familia turca”.
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