En los últimos tiempos los Hermanos Musulmanes han ido extendiendo su influencia a lo largo de toda América Latina. Esto supone un enorme peligro para la paz en la región y la vida democrática.
¿Quiénes son los Hermanos Musulmanes?
Los Hermanos Musulmanes son una organización política creada en 1928. Su líder y mayor referente por entonces fue el clérigo Hassan al-Banna. En un principio surgieron como una forma de resistencia ante el colonialismo británico.
Promueven el retorno a los orígenes del Islam y la aplicación estricta de la sharía. Todas las ideologías seculares, es decir, aquellas que impliquen la separación entre el clero y el estado, son consideradas enemigas por esta organización. Es el caso del socialismo, el liberalismo, el nacionalismo, entre otras.
Podríamos definir su ideología de la siguiente manera: todos los que no piensen como la hermandad son enemigos de ella. La única forma de gobierno que aceptan es de tipo islámico ortodoxo.
Asesinatos de gobernantes en Egipto
En su país de origen, Egipto, en 1945 asesinaron al primer ministro Ahmad Mahir Pasha. Tres años más tarde acabarían con la vida de Mahmoud Nokhrashy Pasha. Y en 1981 el presidente Anwar Sadat sería otra de sus víctimas.
Con el correr de los años los tentáculos de esta organización se fueron expandiendo. El tiempo ha demostrado que, allí donde se instalaron con fuerza, la violencia se hizo presente de un modo dramático y la muerte y el extremismo religioso se extendieron como una auténtica plaga.
Hace algunas décadas la hermandad arribó a América Latina. En Brasil se encuentra su centro de operaciones, desde donde adoctrinan a los jóvenes en la práctica rigurosa y fundamentalista del Islam. Esto supone un alto riesgo para la paz en la región.
Los Hermanos Musulmanes y el terrorismo islámico
A los Hermanos Musulmanes le debemos la existencia de organizaciones terroristas como al-Qaeda o el Estado Islámico. Podría entenderse a esta organización no como terrorista en el sentido de la acción, pero sí como la que suministra el alimento ideológico que ha permitido la proliferación de organizaciones islámicas terroristas en los últimos 60 años.
Los Hermanos Musulmanes han sido muy astutos al mantenerse aparte de los actos terroristas cometidos por sus discípulos, y al censurarlos incluso; pero les ha sido imposible ocultar los estrechos vínculos que los unían a sus perpetradores. Tal es el caso de uno de los fundadores y actual líder de al-Qaeda, el egipcio Ayman al-Zahawiri, que llegó a formar parte de la hermandad.
Si bien al-Qaeda y los Hermanos Musulmanes no son lo mismo, persiguen un mismo fin: la imposición de regímenes islámicos extremistas en todo el mundo, basados en el atropello a todas las conquistas que ha alcanzado Occidente desde los tiempos de la Ilustración hasta hoy.
América Latina tiene por delante tiempos de enormes desafíos. Uno de ellos es, sin dudas, el de dar forma a una región más justa con mayores oportunidades para su población. No menos importante será el de combatir el narcotráfico y reducir la violencia desenfrenada que atraviesa a todo el continente.
Pero, si los gobiernos de nuestra región continúan ignorando las amenazas que representan organizaciones promotoras del terrorismo como es el caso de los Hermanos Musulmanes, cuyas prédicas son enemigas de la democracia y los valores republicanos construidos en Occidente a lo largo de los últimos 200 años, la vuelta a una nueva era de oscurantismo de tipo medieval, puede estar más cerca de lo que pensamos.
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