Human Rights Watch denunció irregularidades en los procedimientos judiciales
Tras un fallo polémico, este miércoles fue condenado a tres años de prisión Abdollah Ibhais, exmiembro del Comité de Organización del Mundial de Catar 2022. Un tribunal de apelación lo ha hallado culpable de corrupción.
El condenado afirma que fue arrestado por denunciar la gestión de una huelga de trabajadores migrantes en una obra de construcción del Mundial. Ibhais asegura que su confesión fue forzada.
Un representante catarí respondió a estas acusaciones, explicando que el caso “siguió todos los procedimientos y protocolos legales para estos casos”.
La familia de Ibhais, por su parte, calificó al proceso de “parodia” y denunció que la audiencia no duró más de un minuto.
La ONG Human Rights Watch (HRW) puso el acento en los “graves errores procesales” y acusó a la FIFA de guardar silencio.
“Además de guardar silencio, envió a un representante al tribunal, a pesar de ya tener una delegación allí”, apuntó Hiba Zayadin, investigadora de Human Rights Watch y especialista en Medio Oriente.
“No solo guardó silencio, tampoco envió un representante al tribunal, aunque tiene una delegación allí en este momento“, indicó a la AFP la investigadora especialista de HRW en Medio Oriente, Hiba Zayadin.
Un vocero de la FIFA respondió que el caso estaba siendo estudiado por la institución y que el juicio sería analizado antes de pronunciarse al respecto.
El Comité de Organización del Mundial de Catar tachó de “ridícula” la presunción de que Ibhais haya sido detenido por defender a los trabajadores migrantes.
El trato de Catar a estos trabajadores ha sido motivo de grandes denuncias y ha desatado la polémica desde el comienzo de las obras del Mundial.
La mayoría de estas personas provienen del sur de Asia y el norte de África. Las organizaciones de derechos humanos acusan al país árabe de vulnerar los derechos de estos trabajadores y coartar sus libertades al serles retenidos sus documentos ni bien pisan suelo catarí.
Los salarios que reciben son ínfimos y viven hacinados en barracones llenos de ratas, como ha documentado la prensa internacional tras entrevistar a los protagonistas.
Sin embargo, Catar rechaza estas acusaciones e insiste en que la comunidad internacional no reconoce las reformas realizadas en materia laboral en los últimos tiempos.
Discussion about this post