Washington y Teherán buscan un acercamiento
Desde Washington se ha confirmado que la Casa Blanca ha abierto vías de comunicación con Teherán. El objetivo de la administración Biden es contener el avance del programa nuclear iraní y sus políticas intervencionistas en Oriente Medio. Para esto es clave que Irán vuelva a someterse a las condiciones estipuladas en el acuerdo nuclear firmado en el 2015.
Cabe recordar que la administración Trump se retiró del acuerdo en el 2018. Esto le ha dado carta libre al régimen iraní para desarrollar su programa nuclear y adoptar una política más agresiva en la región, sobre todo desde que Trump impuso sanciones económicas sobre el país persa.
La administración Biden ha abandonando las políticas de “máxima presión”, implementadas por la administración anterior, y ha adoptado las del diálogo y el consenso, al momento de relacionarse con Teherán. Sin embargo, ambas partes deberán ceder en ciertas pretensiones para que el acuerdo finalmente se concrete.
En los últimos días, Joe Biden y el secretario de Estado Antony Blinken, han señalado que Irán debe ajustarse plenamente a los compromisos asumidos en el 2015, antes de que Estados Unidos levante las sanciones. Desde Teherán se ha insistido en que la República Islámica cumplió todas las cláusulas del acuerdo firmado en 2015, hasta que Donald Trump decidió dejar lo pactado sin efecto. Esto, según las autoridades iraníes, obliga a Estados Unidos a dar el primer paso.
El riesgo que supone la indecisión de Joe Biden
Durante la campaña presidencial del 2020, Joe Biden se comprometió a volver al acuerdo. No obstante, lo prometido se ha ido demorando y su ambigüedad en relación a Irán puede significar un problema en el horizonte. Irán tiene elecciones en junio de este año y el ala conservadora, al menos en la actualidad, cuenta con grandes posibilidades de triunfar en los comicios.
Si esto sucediera es más que probable que el próximo gobierno iraní deseche toda posibilidad de restituir el acuerdo. Si Biden no se decide a avanzar en las negociaciones con Irán, se estará arriesgando a que nuevos vientos políticos en el país persa terminen por cerrar de un golpe una ventana ligeramente abierta.
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