Los estudiantes turcos continúan manifestándose
Los estudiantes que se movilizan en Turquía por estas horas están decididos a producir un cambio y representan un problema para el dictador Erdogan. Su respuesta, hasta el momento, ha sido la demonización y la represión policial.
Hasta el momento, estas manifestaciones no han logrado obtener el apoyo mayoritario de la población, pero sí han hecho recordar a más de uno las protestas que sacudieron el poder en el 2013.
Erdogan, por su parte, no está dispuesto a ceder. Ha lanzado a las fuerzas policiales contra los estudiantes, deteniendo a decenas de ellos. De todas formas, hay quienes indican que se ha limitado bastante en este sentido debido a su voluntad de reconciliarse políticamente con Occidente -necesidad que se ha impuesto desde que su socio Trump abandonara el poder en Estados Unidos- y a causa de la crisis económica que atraviesa su país.
El conflicto entre el gobierno y los estudiantes comenzó cuando el presidente turco nombró rector de la Universidad Bogazici a Melih Bulu, alguien asociado al AKP, partido político de Erdogan.
Esta designación colmó los límites de un estudiantado harto del autoritarismo de Erdogan.
Zeynep Kurbanzade es una estudiante de 19 años que ha decidido participar en las manifestaciones. Consultada sobre el motivo que la lleva a desafiar al gobierno, expresó:
“No estamos contentos con la situación económica, no estamos contentos con las presiones crecientes. Los feminicidios siguen quedando impunes, los mafiosos salen de prisión y son tratados como príncipes, pero nuestros camaradas son encarcelados por un tuit. Rechazamos eso”.
Las fuerzas de seguridad turcas han lanzado gases lacrimógenos y balas de goma contra los protestantes que se han manifestado en Ankara, Esmirna y Estambul. Por su parte, han detenido más de 500 personas.
La mayor parte de los detenidos han sido liberados, pero tanto la represión brutal como las propias detenciones han provocado serias acusaciones contra Erdogan.
Zeynep Gambetty, profesora de Ciencias Política de la Universidad del Bósforo señaló que “Bogazici ha cristalizado varios descontentos, del régimen presidencial al hundimiento de la economía”
En un principio, Erdogan pareció ignorar las protestas. Pero luego arremetió contra los estudiantes calificándolos de “terroristas” y de estar al servicio de intereses occidentales.
Además, aprovechó para verter un discurso homófobo en contra de la comunidad LGBT a los que calificó de degenerados. Estas palabras fueron condenadas enérgicamente por la Unión Europea y los Estados Unidos.
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