Irán planifica ataques contra judíos en Europa
Un reporte de la radio sueca ha revelado que dos ciudadanos iraníes fueron expulsados del país por planificar un ataque contra judíos.
Mahdi Ramezani y Fereshteh Sanaeifarid, una pareja que ingresó a Suecia en 2015, fueron deportados en 2022 después de ser arrestados en 2021. Habían ingresado al país nórdico utilizando pasaportes afganos falsificados.
Ambos habían perpetrado ataques contra tres judíos suecos, incluyendo a Aron Verständig, presidente del Consejo Oficial de las comunidades judías suecas, quien fue informado del complot en 2021. Según el informe, otro objetivo potencial era un ciudadano estadounidense con doble nacionalidad.
Los sospechosos, presuntamente vinculados a una conspiración de la Guardia Revolucionaria Islámica, vivían bajo identidades falsas en el país escandinavo.
“Creo que lo que Irán busca es dañar a Israel y parece que es difícil para ellos llevar a cabo estas acciones en Israel. Así que seleccionan aleatoriamente a personas con algún tipo de posición oficial en la diáspora judía y tratan de sembrar miedo“, expresó Verständig a la emisora de radio.
El fiscal jefe adjunto, Hans Ihrman, explicó que el FBI estadounidense también estaba investigando a la pareja. Aunque no había suficientes pruebas para procesarlos en Suecia, Ihrman afirmó:
“Creemos firmemente que estaban aquí en una misión en nombre de Irán. En Suecia, fueron considerados una amenaza muy grave para la seguridad. Esa fue la razón por la que fueron expulsados, incluso si no pudimos enjuiciarlos“.
En los últimos años, los judíos e israelíes en el extranjero han sido blanco del régimen iraní, con complots frustrados en países como Grecia, Chipre, Azerbaiyán y Argentina.
El año pasado, el parlamento sueco votó a favor de designar a la Guardia Revolucionaria como una organización terrorista. Las relaciones entre Estocolmo y Teherán han estado tensas desde 2019, especialmente tras el arresto de un excarcelero iraní, Hamid Nouri. Suecia lo condenó a cadena perpetua el año pasado por su participación en ejecuciones de prisioneros políticos en 1988.
Esta condena desencadenó una serie de arrestos de ciudadanos suecos en la República Islámica.
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