La crisis golpea a la sociedad iraní
El ministro de Economía de Teherán admitió que muchos iraníes enfrentan dificultades para costear el pan debido a la actual crisis económica.
Con una inflación estimada en torno al 50 por ciento, Ehsan Khandouzi expresó su esperanza de un futuro en el que los vulnerables puedan satisfacer sus necesidades diarias sin pasar hambre.
Sin embargo, reconoció la situación crítica para muchas familias al afirmar que “algunas personas en el país ni siquiera pueden permitirse comprar tres hogazas de pan“.
Mientras Irán enfrenta una tasa de inflación superior al 46 por ciento, el gobierno ha propuesto un aumento salarial del 20 por ciento para los funcionarios públicos en el próximo año, a partir del 21 de marzo.
Los expertos ven este modesto aumento como una medida estratégica para controlar los gastos y evitar un mayor déficit presupuestario.
Recientes informes sugieren que el déficit presupuestario de este año podría alcanzar los 13.500 millones de dólares, representando el 30 por ciento, aunque analistas independientes creen que el déficit real podría estar más cerca de la mitad del presupuesto.
El aumento salarial propuesto ha generado preocupación entre los trabajadores, especialmente los funcionarios públicos y empleados en empresas vinculadas al gobierno.
Con una inflación anual en niveles asombrosos, cubrir las necesidades básicas se ha vuelto un desafío creciente. La crisis económica en Irán ha impulsado protestas y huelgas de trabajadores desde 2017, siendo un factor importante detrás del descontento, especialmente entre la población más joven.
A pesar de las cifras oficiales que indican una tasa de inflación anual del 45,5 por ciento, los expertos advierten que estas cifras pueden estar subestimadas. Algunos informes independientes han revelado aumentos más altos en los precios de los alimentos, llegando al 100 por ciento en algunos artículos en 2022.
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