John Kerry contra las cuerdas
John Kerry, enviado especial de EE.UU. para el cambio climático, está envuelto en un escándalo político luego de haberse filtrado audios en los que el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Zarafi lo señalara como “colaborador de inteligencia” en tiempos en que era secretario de Estado.
Un grupo de legisladores republicanos piden su renuncia al cargo que actualmente desempeña como diplomático en asuntos medioambientales.
Las peticiones de los republicanos van desde la solicitud de que Kerry abandone su cargo actual hasta plantear la necesidad de que el funcionario deba ser formalmente investigado y enjuiciado. Los funcionarios de la administración Biden, sin embargo, rechazan estas acusaciones, asegurando que la información compartida por Kerry era conocida en ese momento.
El senador Dan Sullivan fue uno de los que exigió la renuncia de Kerry en un encendido discurso.
“Esto es algo que haga a la ligera. Jamás he pedido la dimisión de alguien en todo el tiempo que llevo en el Senado”, explicó Sullivan. “Pero el historial de John Kerry, de perjudicar ostensiblemente a las familias trabajadoras y de actuar en contra de los intereses de Estados Unidos, es demasiado. Debe irse”.
“Cuando hoy leí esto, me tomó por sorpresa que un antiguo secretario de Estado, miembro actual del Consejo de Seguridad Nacional del presidente Biden, revelara a un declarado enemigo los secretos de uno de nuestros mayores aliados en la región”, agregó.
El origen del escándalo
El pasado lunes, el New York Times informó que el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Zarif, confesó en un audio que John Kerry le había comunicado que Israel había atacado 200 objetivos iraníes en Siria.
Kerry rechazó estas acusaciones a través de su cuenta de Twitter asegurando que “eso nunca sucedió ni cuando era secretario de Estado ni desde entonces”.
A Sullivan se suman otros parlamentarios, como Rick Scott, senador republicano de Florida, que dijo que las declaraciones de Kerry eran profundamente perturbadoras y que debía dimitir de ser ciertas. La diputada Elise Stefanik, por su parte, fue más allá y aseguró que lo de Kerry “es un acto criminal” y debía “ser inmediatamente investigado y procesado”.
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