El empresario proporcionaba cámaras de vigilancia para las prisiones iraníes
Un empresario iraní que reside en Canadá se encuentra en proceso de deportación por su supuesta complicidad en crímenes contra la humanidad al suministrar cámaras de vigilancia al régimen de Teherán.
Durante doce años, Roohollah Firooznam dirigió una empresa que proporcionaba equipos a los servicios de inteligencia de Irán, incluido los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria (CGRI).
Estas cámaras fueron utilizadas para monitorear a los detenidos en prisiones donde se practicaba la tortura y para espiar a opositores políticos, según informó Global News.
Altos funcionarios del Ministerio de Inteligencia eran directores de la empresa de Firooznam, mientras que un exvicepresidente de Irán figuraba como accionista.
Además, su socio comercial en otra empresa era un comandante de alto rango del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, quien previamente había pasado una década protegiendo al líder supremo de Irán, Alí Jamenei.
A pesar de las acusaciones de complicidad con el régimen iraní, Firooznam logró obtener una visa de viaje de la embajada canadiense en Turquía en 2018, aparentemente para realizar una visita turística. Al llegar a Toronto, contrató los servicios de un abogado de inmigración y solicitó el estatus de refugiado.
Sin embargo, a principios de este año, un juez de Ontario ordenó su deportación, citando su complicidad en los crímenes contra la humanidad perpetrados por Irán.
Firooznam, quien afirma haberse enterado de los abusos del régimen en 2017, presentó un nuevo caso ante el Tribunal Federal de Apelaciones en noviembre de 2023, buscando un procesamiento acelerado de su solicitud de inmigración.
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