John R. Allen es investigado por el FBI por sus vínculos con Catar
El FBI se encuentra investigando al presidente de la Institución Brookings por hacer lobby para el gobierno de Catar, según muestran documentos judiciales.
El mes pasado, los agentes del FBI accedieron a la cuenta de correo electrónico de John R. Allen, según documentos publicados días atrás.
En 2017, Allen habría presionado a la Casa Blanca y al Congreso de EE.UU. en nombre de Catar, un país que ha sido acusado reiteradamente de patrocinar grupos terroristas.
En 2020, Allen mintió a la oficina sobre la naturaleza de su trabajo, y ocultó correos electrónicos “incriminatorios” a los investigadores, incluido uno en el que pedía una “tarifa de orador” para reunirse con funcionarios de Catar con el fin de discutir su estrategia para influir en la administración Trump.
Este miércoles, Brookings anunció que Allen había sido puesto en licencia administrativa. Brookings, uno de los think tanks más influyentes del mundo, ha sido acusado en varias ocasiones de ser cómplice de Catar y otros gobiernos extranjeros que respaldan y financian a grupos terroristas. La embajada de Catar dona cientos de miles de dólares al año a Brookings.
En 2014, el gobierno catarí prometió casi 15 millones de dólares a la institución para construir un campus satélite en Doha.
Allen era miembro senior de Brookings en el momento en que hacía lobby para Catar. En octubre de 2017 fue seleccionado para dirigir el grupo de expertos.
Los detalles de la investigación de Allen se han conocido en el marco de un caso contra Richard G. Olson, quien fuera embajador en los Emiratos Árabes Unidos y Pakistán bajo la administración Obama. Olson se declaró culpable de realizar falsas acusaciones en documentos de ética federal y lobby ilegal.
El 31 de agosto, Olson comenzó a colaborar con los fiscales federales “con el objetivo de ayudarlos a presentar cargos penales contra el general Allen”.
Allen y Olson trabajaron para Catar junto a Immad Zuberi, un empresario paquistaní-estadounidense condenado por hacer lobby ilegal.
Allen aún no ha sido acusado en el caso. Su vocero aseguró que Allen ha “cooperado voluntariamente” con los fiscales federales.
Allen cumplió un rol muy importante en la configuración de las opiniones de la Casa Blanca en tiempos de Trump respecto a Catar, en tiempos de un tenso enfrentamiento con sus vecinos Arabia Saudita y Emiratas Árabes Unidos.
El 9 de junio de 2017, Allen le pidió al entonces asesor de seguridad nacional, H.R. McMaster que emitiera una declaración en la que solicitara a sauditas y emiratíes que aliviaran el bloqueo contra Catar. El secretario de Estado de entonces, Rex Tillerson, emitió más tarde una declaración en ese sentido.
El 10 de junio de 2017, Allen aconsejó a los cataríes durante una reunión sobre cómo influir en la Casa Blanca. También les dijo de qué manera podrían “adueñarse de la narrativa” en Estados Unidos sobre el bloqueo. Al parecer, según lo dicho por Olson, Allen les aseguró a los cataríes que podían “dar forma” a la opinión del entonces presidente Donald Trump a través de McMaster.
Asimismo, les recomendó utilizar la base aérea de Al-Udeid, en Doha, como “palanca” para obligar al gobierno estadounidense a adoptar una posición amigable hacia Catar.
Allen recibió 20 mil dólares para reunirse con funcionarios cataríes en Doha. A la par de su función como lobista de intereses cataríes en Estados Unidos, Allen buscaba concretar negocios en el país árabe en nombre de Spark Cognition, una compañía de inteligencia en la que se desempeñó como director.
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