Raisi busca congraciarse con los sectores radicales de la sociedad iraní
A pesar de sus declaradas intenciones de restaurar las conversaciones nucleares con Washington, el nuevo presidente iraní, Ebrahim Raisi insinuó recientemente que se “sentiría cómodo” con una escalada con Occidente en estos momentos.
El diario panárabe Asharq Al-Awsat, con sede en Londres, informó que las operaciones recientes en el Líbano y el Golfo Pérsico ponen de manifiesto las intenciones de Raisi de confrontar con Occidente. Al parecer, el objetivo del clérigo ultraconservador sería imbuir de cierto prestigio a su gobierno ante los ojos de los radicales de la República Islámica.
Asimismo, el periódico puso el foco en el juicio por crímenes de guerra que se está desarrollando en Suecia, relacionado con las ejecuciones de las que participó Raisi a fines de los 80. Entonces, el presidente iraní conformó un tribunal que dictaminó la ejecución de miles de presos políticos.
Raisi, “el carnicero de Teherán”
Sanam Vakil, subdirectora del programa de Oriente Medio y África del Norte de Chatham House, aseguró que el resultado del juicio celebrado en Suecia podría resultar embarazoso para Raisi y dificultad el diálogo con las naciones europeas.
Tras la elección de Raisi como presidente de Irán, miles de ciudadanos en el exilio se han manifestado en su contra, ya sea en las calles o a través de redes sociales. Raisi es conocido por los críticos al régimen teocrático como “el carnicero de Teherán” debido a su rol en las ejecuciones masivas de 1988.
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