Amnistía Internacional vuelve a denunciar a Irán
Amnistía Internacional ha denunciado el caso de Hadi Rostami, un prisionero iraní declarado culpable de robo en noviembre del 2019, luego de ser sometido a un juicio injusto con confesiones obtenidas bajo tortura. La condena impuesta a Rostami fue la amputación de cuatro dedos.
A fines del 2020, ya en prisión, Rostami realizó protestas pacíficas contra las condiciones inhumanas de reclusión a las que era sometido y las continuas amenazas de las que era víctima. Esto lo llevó a ser condenado a ocho meses de cárcel y 60 azotes por “perturbar el orden penitenciario“.
Actualmente, Rostami sufre problemas de salud como consecuencia de dos intentos de suicidio. Amnistía Internacional ha solicitado que se anule la sentencia y la pena de amputación, y que se le ofrezca una atención médica urgente al prisionero.
“Los 60 azotes propinados por las autoridades iraníes a Hadi Rostami, prisionero de la cárcel de Urmía, el 14 de febrero de 2021, constituyen un siniestro recordatorio de la crueldad del deficiente sistema de justicia iraní”
Rostami es víctima del hostigamiento de las autoridades iraníes
En los últimos meses Hadi Rostami ha sido citado en varias ocasiones por los servicios de inteligencia y la fiscalía de la prisión de Urmía. Lo acusan por la atención de los medios de comunicación y lo amenazan con la ejecución de su pena de amputación.
Toda esta situación ha afectado la salud mental del prisionero y lo ha llevado a cometer dos intentos de suicidio. En el más reciente de ellos intentó tragar trozos de cristal.
Amnistía Internacional denuncia que Rostami sufre un intenso dolor y una hemorragia interna. Además, el prisionero vomita sangre de forma frecuente, debido a los trozos de cristal aún alojados en su aparato digestivo.
No obstante, la fiscalía y las autoridades penitenciarias se niegan a autorizar el traslado del sufriente a un centro médico, donde pudiese recibir la atención que necesita. El prisionero, pese a su conducta autodestructiva, tampoco recibe ningún tipo de atención de salud mental.
A este respecto, Diana Eltahawy, representante de Amnistía Internacional, expresó:
“La flagelación cruel de un preso enfermo que ha intentado suicidarse es un nuevo recordatorio de la inhumanidad del sistema de justicia penal iraní, que legaliza la tortura y otros malos tratos. Las autoridades iraníes cometen tortura al dejar a Hadi Rostami vivir con el temor constante de sufrir una amputación y negarle deliberadamente la atención médica que necesita con urgencia por las complicaciones derivadas de sus recientes intentos de suicidio”.
Tras estas palabras, Eltahawy se refirió a la inhumanidad de esta clase de penas:
“Pedimos a las autoridades iraníes que cesen de inmediato estos alarmantes actos de crueldad y mutilación, y traten a todas las personas privadas de libertad con dignidad humana. La comunidad internacional debe presionar urgentemente a las autoridades para que respeten los derechos humanos y se abstengan de ejecutar las penas de amputación impuestas a Hadi Rostami y a otras personas recluidas en la prisión de Urmía. El mundo debe condenar, con la máxima firmeza, el uso de los castigos físicos por las autoridades iraníes”.
El artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos prohíbe penas crueles e inhumanas como la flagelación y la imputación.
En la República Islámica de Irán, en los últimos 20 años, unas 129 personas han sufrido algún tipo de amputación, ya sea de los dedos de las manos o de los pies. Esto da un promedio de una persona cada dos meses.
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