Erdogan y sus políticas femicidas
El 9 de enero del 2013 tres activistas kurdas fueron asesinadas en la sede del Centro de Información del Kurdistán, en París. Las investigaciones revelaron que el autor del atentado fue Ömer Güney, un sicario al servicio de la inteligencia turca.
Según el Movimiento de Mujeres Kurdas en Europa (TKJ-E) ha habido un aumento constante de femicidios en Turquía desde que el partido de Erdogan gobierna el país. En la plataforma “Vamos a terminar los femicidios” se informa que mientras que en el 2003 se constataron 83 casos, en 2020 se registraron 300. Aunque se aclara que a estas 300 muerte podría añadírsele casos de muertes sospechosas de mujeres, que arrojan una cifra de 171.
Desde el TKJ-E se informa que, además, en muchos casos los femicidios “no son lo suficientemente investigados ni los perpetradores son llevados a la Justicia”, lo que incrementa la sensación de impunidad. Además, desde que Erdogan está al gobierno, han sido clausurados innumerables refugios y centros de cuidado para mujeres que sufren la violencia de género.
Esto se suma a lo que parece ser una feroz campaña del primer mandatario turco contra toda forma de protección de la mujer. Erdogan ha estado amenazando en los últimos tiempos con retirar a Turquía del Convenio de Estambul, del cual surgió la creación de un consejo europeo para la prevención y el combate a la violencia contra la mujer.
Meliké Yasar, representante del Comité de Relaciones Internacionales del TKJ-E, señaló:
“Con el aumento del carácter agresivo de las políticas internas y externas del gobierno de Erdogan, también se han incrementado las políticas femicidas, con las que el AKP también lleva a cabo una política de ‘sociedad ácida’”
“El fascismo, un sistema dominado por los hombres más que otros, sólo puede perpetuarse a través de la posición colonizada de las mujeres. Turquía es el país con el mayor número de presos políticos, y la violencia de género ha aumentado en un 1.400% bajo el gobierno del AKP”.
Desde el movimiento se denuncia, además, que la opresión a la mujer se institucionaliza en Turquía a través de leyes y decretos que favorecen la violencia patriarcal. Un claro ejemplo es un proyecto de ley presentado por el AKP en el 2016, en el que se buscaba bajar las penas a los violadores si se casaban con sus víctimas, aun en el caso de que se tratase de niñas. El partido de Erdogan ha intentado en varias ocasiones que se apruebe este proyecto, hasta ahora sin éxito.
Discussion about this post