Erdogan y su proyecto faraónico
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dará inicio este sábado a las obras de un proyecto monumental que él mismo llamó “proyecto loco”. Se trata del Canal de Estambul.
Erdogan se propone abrir un nuevo paso entre el Mar Negro y el Mar de Mármara. Su objetivo es facilitar el tráfico marítimo en el Estrecho del Bósforo. El megaproyecto ha generado mucha polémica en Turquía.
El Gobierno turco lo presenta como “el proyecto del siglo”. La obra consiste en excavar un paso entre el Mar Negro y el Mar de Mármara, de 45 kilómetros de largo y 275 metros de ancho. La intención de Erdogan es crear artificialmente un segundo Bósforo.
El especialista en transporte y exdiputado del partido gubernamental, Mustafá Ilicali, considera indispensable a este proyecto para la seguridad de Estambul.
“El Bósforo está saturado. Es una ruta de navegación complicada. Se encuentra a merced de un accidente. El Canal de Estambul, sin embargo, es una línea recta, sin grandes complicaciones. Se trata de un proyecto muy importante“, aseguró Ilicali.
La oposición denuncia el impacto medioambiental de la obra
La oposición turca, liderada por el alcalde de Estambul, rechaza el proyecto por las consecuencias económicas y medioambientales que implicaría su realización. Según los cálculos realizados, se trata de una inversión de al menos 15.000 millones de dólares.
“El objetivo no revelado por Erdogan del Canal de Estambul es el de generar un gigantesco beneficio para los intereses privados urbanizados en ambos lados del canal. Se trata de una flagrante traición a Estambul“, aseguró Tayfun Kahraman, funcionario municipal.
Entretanto, el primer mandatario turco avanza en la puesta a punto del proyecto, ignorando a las voces críticas. Algunos analistas entienden que el proyecto es un as bajo la manga de Erdogan, a la que recurrirá en la próxima campaña política dentro de dos años, durante su carrera a la reelección.