Catar se posiciona a favor de Irán en conflicto en Medio Oriente
A principios de 2024, mientras Estados Unidos y Catar ampliaban el uso de la mayor base militar estadounidense en el golfo Pérsico, ambos países parecían unidos en su apoyo a las actividades militares estadounidenses desde la base aérea de Al Udeid.
Esta cooperación persistió hasta abril, cuando la República Islámica de Irán lanzó un masivo ataque con cohetes y misiles contra Israel.
En abril, según un informe de medios de comunicación controlados por el gobierno iraní, Catar anunció que prohibía a Estados Unidos utilizar su espacio aéreo. Por otra parte, Doha alberga a líderes de Hamás, una organización terrorista respaldada por Irán.
Este jueves, el Instituto de Investigación de Medios de Oriente Medio (MEMRI) publicó una entrevista de 2012 con el ex primer ministro de Catar, Hamad bin Jassim (HBJ). En la nota, el exmandatario enfatiza que la política exterior de Catar prohíbe cualquier operación militar contra Irán.
Hamad bin Jassim afirmó a la cadena catarí Al-Jazeera el 1 de abril de 2012 que “los iraníes y los estadounidenses saben que nos oponemos a cualquier acción militar contra Irán”.
Al-Jazeera inquirió: “Ahora hay una escalada entre Irán y EE.UU. ¿No podría utilizarse la base aérea de Al-Udeid para…?”, a lo que HBJ subrayó: “Ya he dicho claramente, y lo reitero dos veces… No aceptaremos ninguna acción hostil contra Irán desde Catar. Punto final”.
La declaración de HBJ sugiere que la base de Al-Udeid sería inútil contra uno de los principales adversarios de Estados Unidos, la República Islámica de Irán, que ha sido designada sistemáticamente por Estados Unidos como estado patrocinador del terrorismo desde 1984.
Rich Goldberg, quien fue parte del Consejo de Seguridad Nacional durante la administración Trump, dijo a Iran International:
“No tiene mucho sentido tener una base justo al lado de nuestra mayor amenaza en la región si una de las condiciones principales para tener la base es que nunca pueda ser utilizada para enfrentar esa amenaza”.
Goldberg es asesor principal de la Fundación para la Defensa de las Democracias, con sede en Washington.
Cuando Iran International solicitó un comentario, un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. indicó: “Remitimos la consulta al CENTCOM para comentarios sobre Al Udeid. Y remitimos al Gobierno de Catar para comentarios sobre su política”.
El Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) no respondió de inmediato a la solicitud de la prensa internacional iraní. La base de Al Udeid tiene capacidad para albergar a más de 10.000 soldados estadounidenses.
Iran International informó en octubre que, tras la invasión de Hamás, respaldado por Irán, en las regiones fronterizas de Israel, donde mataron a 1.200 personas, incluidos más de 30 estadounidenses, Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, solicitó al ministro de Defensa de Catar en Doha que negara a Estados Unidos el uso de la base aérea de Al Udeid.
La interferencia de Catar en la actividad militar estadounidense también puede haber debilitado la respuesta de Estados Unidos ante la milicia respaldada por Irán, Kataib Hezbolá, en Irak, que mató a tres soldados estadounidenses en Jordania a finales de enero.
En febrero, la excomandante de inteligencia de la Marina estadounidense, Jennifer Dyer, señaló en su sitio web The Optimistic Conservative que “es posible que ningún caza de ataque de la Fuerza Aérea de Al-Udeid participara. Si ese es el caso, la razón probable es que Catar no lo permitiría”.
Dyer añadió: “El silencio de Al-Udeid no augura nada bueno… para la ‘opción’ estadounidense de atacar el programa de armas nucleares de Irán. Hacerlo implicaría establecer un objetivo enorme, no tanto para el programa de armas nucleares en sí mismo como para neutralizar las defensas aéreas de Irán y sus medios de represalia”.
Catar y la República Islámica comparten el vasto yacimiento de gas de South Pars, en el golfo Pérsico, lo que puede ser una razón por la que Catar, extremadamente rico en gas, haya hecho grandes esfuerzos para no confrontar al régimen clerical iraní.
Los dos países se han acercado en los últimos años. El expresidente israelí, Reuven Rivlin, entregó en 2021 al presidente Joe Biden un informe sobre el supuesto papel de Catar en la financiación del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Estados Unidos dijo entonces que investigaría dicho informe.

El emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani (izq.), junto al líder supremo de Irán, Alí Jamenei
Repercusiones de la entrevista a Hamad bin Jassim
La entrevista realizada a HBJ ha tenido gran repercusión entre los expertos en seguridad estadounidenses e israelíes.
Ezra A. Cohen, exfuncionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos, escribió en X, antes conocido como Twitter, que “cada día queda más claro que Catar tiene a Estados Unidos como rehén”.
Por su parte, la periodista y comentarista israelí Caroline Glick, escribió en X: “La administración Biden no designa a Catar como un estado patrocinador del terrorismo, a pesar de que es uno de los mayores estados patrocinadores del terrorismo. No. La administración designó a Catar como un importante aliado no perteneciente a la OTAN, lo que decididamente no es”.
Catar está bajo la lupa de muchos senadores y representantes del Congreso de Estados Unidos por su apoyo a Hamás, organización que Estados Unidos considera terrorista. En el Capitolio, cada vez hay más llamados para que Biden reexamine la alianza de Estados Unidos con Catar y considere trasladar la base de Al Udeid a otro país de Medio Oriente, uno que no esté involucrado en la financiación de movimientos terroristas islamistas.
Yigal Carmon, presidente y fundador de MEMRI, afirma que Catar es el mayor facilitador de movimientos terroristas islámicos suníes y chiítas en todo el mundo. Carmon calificó al gobierno del emir catarí Tamim bin Hamad Al Thani de “intermediario deshonesto” que no debería participar en los esfuerzos por la liberación de los rehenes de Hamás en la Franja de Gaza.
El embajador de Catar en Estados Unidos, Meshal bin Hamad Al Thani, no respondió a una solicitud de prensa de Iran International, que envió múltiples consultas por correo electrónico a la embajada de Catar en Washington.