Manifestaciones en Estocolmo contra la liberación de Hamid Nouri
Los iraníes residentes en Suecia se congregaron el domingo frente al Ministerio de Asuntos Exteriores para manifestar su descontento por la liberación de un funcionario iraní condenado a cadena perpetua por crímenes de guerra.
Hamid Nouri, quien había sido encarcelado por su participación en la masacre de miles de prisioneros políticos iraníes en 1988, fue liberado durante el fin de semana en un intercambio por dos ciudadanos suecos, uno de ellos un diplomático de la UE acusado de espionaje a favor de Israel.
La manifestación también puso de relieve la situación de Ahmadreza Jalali, un iraní-sueco que no fue incluido en el intercambio de prisioneros y permanece condenado a muerte en Irán.
Entre los oradores del evento se encontraba la esposa de Jalali, Vida Mehrannia, quien criticó al primer ministro sueco, Ulf Kristersson, por aceptar un intercambio que, según ella, solo refuerza la política iraní de toma de rehenes.
“El gobierno sueco ha dicho que la República Islámica no está dispuesta a negociar el intercambio de Ahmadreza Jalali. Entonces, ¿cómo pudo el gobierno sueco liberar a un terrorista?”, cuestionó Mehrannia.
La protesta en Estocolmo forma parte de una creciente ola de disidencia. Muchas personas temen que estos intercambios puedan alentar al régimen iraní a seguir utilizando la toma de rehenes como herramienta diplomática.
El número exacto de ciudadanos con doble nacionalidad detenidos en Irán es desconocido, pero a principios de este mes se reveló que una mujer británico-iraní fue la última en ser hallada en la prisión de Evin, acusada de cargos infundados.
Nasrin Roshan fue arrestada cuando regresaba a su hogar en el Reino Unido. Se la acusó de protestar contra el gobierno iraní en el extranjero, siendo condenada por un tribunal iraní a tres años de prisión.
El año pasado, Estados Unidos intercambió a cinco estadounidenses-iraníes a cambio de la liberación de 6.000 millones de dólares en fondos iraníes congelados en Corea del Sur, lo que validó aún más la política de Irán de tomar rehenes.